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Brokeback Mountain (2005) Más que una película sobre homosexualidad

Actualizado: 17 mar 2021

A través de la fotografía desoladora de Rodrigo Prieto, Ang Lee nos cuenta una historia llena de desaliento que matiza con crudas dosis de realidad. 

Jake Gyllenhaal (izquierda) y Heath Ledger (derecha) interpretan un duelo de tensión en una época a la que no pertenecieron.


Ennis del Mar (Heath Ledger) y Jack Twist (Jake Gyllenhaal), son dos vaqueros de Wyoming que, tras cruzar miradas, se sumergen en una travesía que ninguno de los dos espera. Su trabajo es simple: cuidar al rebaño de su jefe durante varios días, viviendo a la intemperie de la desolada Brokeback. Si lo consiguen, Ennis podrá cazarse con Alma (Michelle Williams), y Jack podrá regresar a su amada Texas, pero algo más poderoso que el frío de la montaña les impedirá salirse con la suya tan fácilmente; la soledad de Brokeback. Teniéndose únicamente el uno al otro, ambos colegas romperán con la tensión de una mirada e iniciarán un romance a costa de su propia aceptación. “Quiero que sepas que no soy gay.” Le dice Ennis a Jack después de su primera noche juntos. “Yo tampoco.” Responde Jack. La verdad, es que el camino llevará a ambos vaqueros a una vida en donde tratarán de dejar en Brokeback, lo que nació en Brokeback, sin aceptar realmente la felicidad que pudo haber traído una vida juntos. Ennis se casa y tiene dos hijas y Jack, conoce a Lureen Newsome (Anne Hathaway) de quien parece haberse “enamorado”, pero una carta de Jack encenderá las cenizas del amor de Ennis, y con tal de verse, las “salidas de pesca” cobrarán la cuenta de sus decisiones.


El realizador taiwanés Ang Lee presenta una de las obras más aclamadas del espectro estadounidense en la década de los 2000. Caracterizado por su estado multifacético, el director de Tigre y Dragón (2000) exalta la relación homosexual en la década de los setentas, una época en donde a pesar del desarrollo paralelo del movimiento hippie y las revoluciones homosexuales, se encierra a los dos personajes de la historia en algo más que la realidad: el calabozo de sus mentes. Indudablemente la realidad de hace cincuenta años era una sociedad exacerbada en la homofobia y el machismo, pero el límite que aprisiona a los dos vaqueros estadounidenses, sobrepasa más allá de lo que ambos sienten.


La construcción y la recreación metafórica del director para representar el papel social del homosexual moderno, es claramente representado en una escena que explota los simbolismos. Ennis, ya divorciado y con sus hijas en una edad más madura, comparte la mesa del tradicional Thanksgiving norteamericano con su ex esposa y su pareja, quien parte el pavo. Escena que, a propósito, Ang Lee yuxtapone con la Cena de Acción de Gracias de Jack, en donde su suegro parte el pavo en lugar de él. Luego de una discusión de “machos dominantes”, Jack termina partiendo el pavo, cumpliendo con la metáfora visual que el director le da a la imagen del prejuicio homosexual, en donde la figura que parta el pavo es representada como el dominante. Ambos personajes (Ennis y Jack) son “débiles” por su carácter de homosexuales, ante la imposición de un macho alfa.

Ennis durante la Cena de Acción de Gracias con su familia.


Ang Lee nos da varios pincelazos de una obra minuciosamente compuesta; el tema musical de Brokeback aparece cada vez que ambos personajes reconstruyen su amor y la fotografía de Prieto, exalta el paisajismo de la montaña para exponer la sensación de desolación, en colores pocos saturados para llenar la imagen de una atmósfera melancólica.


La película habla más allá de la homosexualidad no aceptada de mediados del siglo pasado. Nos cuenta una historia humana que lleva a sus personajes a cuestionarse su camino dentro de la vida, y el enfrentamiento con sus inseguridades internas. Tanto Ennis como Jack tienen miedo de lo que pueda pasar en una sociedad empapada por el prejuicio y la figura del macho con sombrero y pistola, el estereotipo del cowboy que de cierta forma ambos protagonistas enarbolan. El escudo masculino sirve así, no solo para ocultar los deseos internos de ambos, sino también para mostrar una imagen de fortaleza asociada al género, pero sobretodo, a la condición heterosexual.


Brokeback Mountain es una lección de vida respaldada en un mensaje de suma crudeza, en una historia hasta cierto punto desangeladora por lo humana que puede llegar a ser. Técnicamente es visualmente congruente, la fotografía, la música y el montaje que construye una edición acelerada, pasando de muy pocos cortes a cortes tan rápidos como en los años que se reflejan en pantalla. Alabada en Hollywood y merecedora de tres premios de la Academia, es una película que el mundo necesitaba oír.

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